Antes de que se le conociera como Puerto Cisnes, el pueblo era denominado Puerto Graciela. Eran los años cincuenta del siglo XX y todo aquel que llegaba a la Patagonia se hacía una vida a puro músculo, inteligencia y perseverancia, soportando el frío sureño, pero llenando la cabeza de sueños y esperanzas ante el bello paisaje.
Puerto Cisnes comenzó una revolución en esos años y uno de los impulsos fundamentales lo entregaron los colonos chilotes y el impulso de la orden católica italiana de don Guanella.
La obra atendía a jóvenes de escasos recursos en el Hogar de Cristo de Colina y fueron motivados a trasladarse hasta el naciente Puerto Cisnes para construir casas y establecerse en plena Patagonia. Varios jóvenes estudiantes santiaguinos llegaron con los padres italianos hasta el pueblo, encabezados por el padre Pedro Calvi.
En medio de esas acciones hubo también una mujer motivadora de la obra, una italiana que resaltaba por su sola presencia, con una fuerza arrolladora que parecía mover hasta las piedras, una emprendedora de tomo y lomo, ella era Eugenia Pirzio-Biroli, esposa del ciudadano chileno Genaro Godoy.
Eugenia llegó a ser alcaldesa designada de Puerto Cisnes en la época del gobierno de Augusto Pinochet y hasta cultivó una sincera amistad con el general. Su clase, don de mando, señorío al hablar, sin preámbulos, directa y con vestimenta estrambótica hacía que cualquiera se sintiera con la curiosidad de conocer a tan inusual dama.
La Pirzio, como aún la recuerdan en Puerto Cisnes, era una mujer aguerrida. Era alta, cuerpo macizo, un turbante para ocultar su cabellera, gafas oscuras que ocultaban cautivantes ojos verdes, una gruesa manta y hasta con una pistola al cinto, según comentan algunos, como último argumento por si alguien osaba a pasarla a llevar.
Nació en Turín, Italia, el 15 de mayo de 1906, fue la primogénita del general Alessandro Pirzio-Biroli, cercano al rey Víctor Manuel III y que destacó en las dos guerras mundiales y en la invasión italiana a Etiopía. Su madre fue la condesa Angela Marini.
En sus años mozos la joven Eugenia destacó como tenista y atleta y ganó un campeonato europeo en disco, salto y distancias cortas, y fundó el primer club de remo femenino en Roma.
Inició estudios de idioma español y así fue que conoció al profesor chileno Genaro Godoy Arriaza, de quien se enamoró y con el que se casó en 1932.
Los estragos de la Segunda Guerra Mundial en Italia la convencieron de emigrar a Chile en 1947 con su esposo, radicándose en Santiago.
En la capital tomó contacto con las obras de caridad del padre Alberto Hurtado y especialmente con los religiosos italianos de la obra de Don Guanella. En 1957 se traslada a Aysén para trabajar en Puerto Cisnes junto al padre Pedro Calvi y así da un nuevo giro a su vida.
Algo de bruja tenía Eugenia Pirzio Biroli. Se sabe que era una muy buena intérprete de las cartas del Tarot y sabía sacar la carta astral de cualquier persona, muchas veces con aciertos.
Después de los hechos del Golpe de Estado de 1973, Pirzio asumió como alcaldesa de Puerto Cisnes y se tomó muy en serio su nuevo papel. Constantemente viajaba a Santiago y exigía hablar con ministros y hasta con el mismísimo general Pinochet.
Si le decían que los personajes estaban ocupados, ella con tranquilidad y clase decía, "entonces lo esperaré", se sentaba en el sillón de la repartición y desde un enorme bolso sacaba lana y palillos y comenzaba a tejer a vista y paciencia de todos hasta que tenían que atenderla.
Era tanto su desparpajo que solía visitar en una mañana varias oficinas de ministerios para pedir algo para su comuna, lo más increíble era que la primera oficina que visitaba era, por lo general, la de Augusto Pinochet.
Esa cercanía con el ex presidente y su cercanía con el esoterismo hizo que la llamaran la "bruja de Pinochet", de hecho, se dice que ya la había advertido al general de que su vida corría peligro. Así ocurrió en 1986 con el atentado en el Cajón del Maipo.
Pinochet no le habría hecho caso a Eugenia Pirzio a la advertencia y cuando ocurrió el atentado la alcaldesa-bruja tuve que recordarles que se lo había advertido.
El ex presidente varias veces visitó Puerto Cisnes para entrevistarse con Eugenia Pirzio Biroli. Se trataba de conversaciones, por lo general, a puerta cerrada, y con total hermetismo que afianzaron el sobrenombre de "la bruja de Pinochet".
La alcaldesa Eugenia Pirzio-Biroli construyó en Puerto Cisnes la municipalidad, la biblioteca –cuyo frontis imita a un antiguo templo romano-, el gimnasio, la Escuela E-16 y otros edificios, todos ellos durante el Gobierno Militar.
Fue además la primera mujer bombero de la comuna y gracias a su gestión personal con la marca de automóviles FIAT, obtuvo la primera ambulancia para la comuna.
Con el regreso de la democracia se presentó nuevamente al cargo de alcaldesa para las elecciones de 1992 y las ganó con 86 años, pero no pudo asumir. Un accidente cardiovascular impidió que siguiera como alcaldesa, ahora avalada por las elecciones. Fallecería el 22 de febrero de 2003 a los 96 años, soportando 10 años de postración y de decaimiento físico.
En Puerto Cisnes aún se mantiene su casa, construida íntegramente de madera, en 1962, y que es considerada un símbolo de su lucha y contribución a su comunidad que necesita ser preservada como patrimonio de la comuna.
Eugenia Pirzio-Biroli nunca más volvió a Italia, pues se enamoró de Puerto Cisnes y de su gente, sin embargo, su descendencia, representada por sus bisnietos, realizan actualmente estudios superiores en una prestigiosa universidad italiana.
La historia de la vida de esta italiana incluso llegó al cine con el documental "Eugenia de la Patagonia", de 2004, dirigido por Idanna Pucci y producido por Idanna Pucci y Terrence Ward.
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