Los recuerdos de una orgullosa patagona nacida en Lago Pólux

Conoce a Erminda Sánchez y su vida de trabajo en el Coyhaique rural y urbano.

Doña Rosa Erminda Sánchez Valenzuela, nació en el sector lago Pólux hace 60 años y, aunque hace un par de décadas se estableció en la ciudad de Coyhaique, su corazón y sus afectos se quedaron en la tierra que la vio nacer y crecer. 

Diario Regional de Aysén conversó con esta vecina en la sede de la Junta de Vecinos Lago Pólux, donde compartió parte de su vida y recuerdos. 

“Uno nunca puede creer esas cosas antiguas”

“Yo nací acá en el sector Lago Pólux, como le digo, nací en la casa de mi tío Segundo, el día antes del cumpleaños de mi tío”, relata dejando en claro que su nacimiento se produjo en un ambiente de fiesta por el cumpleaños de su tío. 

Como era habitual entonces, el parto lo atendió una partera, que en este caso fue la abuela de Erminda. “Uno nunca puede creer esas cosas antiguas”, señala. 

También comparte que años después, su madre sufrió lo que ella denomina como un trastorno psicológico, por lo que debió cuidarla hasta sus últimos días. 

Dice que antiguamente, ella viajaba a Coyhaique “a dedo” ante la ausencia de locomoción colectiva, viajes que eran destinados a la compra de víveres. Después comenzó a recorrer un bus. 

“En ese bus de recorrido yo iba a Coyhaique y si no, cuando podía, me venía a dedo nomás, pero la cosa es que yo llegaba a mi casa caminando de vuelta”, expresa. 

Una vida de trabajo

Pese a las dificultades y carencias que vivenció por residir en un sector rural, Erminda amó la vida en el sector de Pólux, aunque tuvo que establecerse en Coyhaique hace 22 años. 

“Cuando me fui de acá del campo a mi casa en Coyhaique, yo eché mucho de menos la casa del campo”, indica.  

Dice que Coyhaique ha cambiado en estas décadas, más que nada en el aumento de la población. “Se nota más gente”, asegura. 

Su vida de trabajo Erminda no la cambia, trabajar en huerta, sembrando, cosechando sus hortalizas. “Yo antes trabajaba mucho en la esquila, la ordeña, corta de pasto, corta de avena, todas esas cosas que uno trabaja en el campo lo trabajaba todo yo, hacer cercos, todo”, afirma. 

En síntesis, sus 60 años de vida han sido 60 años de trabajo, hasta el día de hoy guarda un cariñoso apego por el trabajo. 

“Ha sido como una juventud para mí, no más, no me he sentido de edad ni nada, he seguido luchando por mi vida, he seguido luchando por mis hijos”, asegura.