Este 30 de septiembre celebramos un nuevo Día Internacional de Limpieza de Playas en nuestro país. Como tradición de los últimos años, más de 100 playas serán limpiadas por voluntarios, ONG´s, comunidades, colegios, bajo el liderazgo de la Armada de Chile. Seguramente se extraerán toneladas de basura desde las playas, ríos, lagos y en algunos casos también desde el fondo marino.
En Chile no estamos ajenos de esta situación crítica provocada por el mal uso y manejo de productos plásticos. Una situación preocupante que se ve aun más complicada después de la pandemia, por todas las mascarillas de un solo uso que ahora también se encuentran en el medioambiente, provocando el mismo daño que otros plásticos.
Desde los inicios de Plastic Oceans Chile lo dijimos y lo seguimos diciendo: limpiar playas no es la solución. Es una solución aguas abajo, cuando ya se generó el problema. Limpiar es nuestro último recurso para evitar un desastre ambiental a largo plazo. Es la mejor solución que tenemos para actuar ahora y evitar que el océano se contamine aún más con plástico y otros tipos de basura.
Cada vez hay más conciencia sobre esta crisis en nuestro país, y se está haciendo una gran labor de limpiar nuestras costas desde Arica a Punta Arenas y Rapa Nui. En algunos casos específicos también se está reciclando ese material, como los cabos, las redes y boyas que se encuentran en la Patagonia, por ejemplo. Son materiales que en su momento fueron mal manejados por la industria local y hoy están siendo recogidos y convertidos en productos nuevos de alto valor. No obstante, más de la mitad de los desechos recogidos en las limpiezas de playas termina en vertederos locales.
Seamos realistas, si seguimos produciendo y consumiendo la cantidad actual de plástico, no veremos nunca el fin de esta crisis. Tenemos que reducir nuestro consumo. No me refiero a la reducción de un producto específico, sino de todo! La contaminación se genera en todo el ciclo de vida de la producción de productos plásticos: desde la extracción, transporte (desde otro lado del mundo), uso y gestión final. Y no son solo los envases y embalajes que generan problemas, son los textiles, productos de belleza, la industria pesquera y neumáticos también. Son parte de un puzle de la contaminación bien complejo, un puzle que no se va a resolver con una jornada de limpieza. Tenemos que terminar con esta "visión de rendija", en la perdemos de vista el panorama global que atañe a contaminación por plástico, y continuamos pensando que solo de trata de un problema de gestión de basura y de envases. Es un problema sistémico del cual todos somos parte. Necesitamos un pack completo de soluciones que provea un incentivo potente para que la sociedad civil sea parte de la transición. Necesitamos soluciones tanto "aguas arriba" como "aguas abajo", o de lo contrario la contaminación se va a duplicar en los próximos 20 años. Revertir este problema depende de un cambio cultural y regulatorio que nos involucre a todos: Estado, empresas, investigadores y sociedad civil.
Invito a todo que pongamos nuestro foco en la resolución de la ONU recién aprobada que busca terminar con la contaminación por plástico y que se negociará en Uruguay a fines de noviembre. Esperamos que el gobierno tome una posición ambiciosa y clara en esas negociaciones, una visión sistémica que incluya las experiencias y casos de éxito locales chilenos.
Espero que nuevamente miles de chilenos y chilenas se sumen a las limpiezas este año, pero que mientras caminan por las playas, recogiendo basura, también reflexionen acerca de cómo evitar que ese plástico llegue a una playa, para que ojalá el próximo año no debamos regresar a ese mismo lugar para recoger basura pero para disfrutar el paisaje natural.
Este 30 de septiembre celebramos un nuevo Día Internacional de Limpieza de Playas en nuestro país. Como tradición de los últimos años, más de 100 playas serán limpiadas por voluntarios, ONG´s, comunidades, colegios, bajo el liderazgo de la Armada de Chile. Seguramente se extraerán toneladas de basura desde las playas, ríos, lagos y en algunos casos también desde el fondo marino.
En Chile no estamos ajenos de esta situación crítica provocada por el mal uso y manejo de productos plásticos. Una situación preocupante que se ve aun más complicada después de la pandemia, por todas las mascarillas de un solo uso que ahora también se encuentran en el medioambiente, provocando el mismo daño que otros plásticos.
Desde los inicios de Plastic Oceans Chile lo dijimos y lo seguimos diciendo: limpiar playas no es la solución. Es una solución aguas abajo, cuando ya se generó el problema. Limpiar es nuestro último recurso para evitar un desastre ambiental a largo plazo. Es la mejor solución que tenemos para actuar ahora y evitar que el océano se contamine aún más con plástico y otros tipos de basura.
Cada vez hay más conciencia sobre esta crisis en nuestro país, y se está haciendo una gran labor de limpiar nuestras costas desde Arica a Punta Arenas y Rapa Nui. En algunos casos específicos también se está reciclando ese material, como los cabos, las redes y boyas que se encuentran en la Patagonia, por ejemplo. Son materiales que en su momento fueron mal manejados por la industria local y hoy están siendo recogidos y convertidos en productos nuevos de alto valor. No obstante, más de la mitad de los desechos recogidos en las limpiezas de playas termina en vertederos locales.
Seamos realistas, si seguimos produciendo y consumiendo la cantidad actual de plástico, no veremos nunca el fin de esta crisis. Tenemos que reducir nuestro consumo. No me refiero a la reducción de un producto específico, sino de todo! La contaminación se genera en todo el ciclo de vida de la producción de productos plásticos: desde la extracción, transporte (desde otro lado del mundo), uso y gestión final. Y no son solo los envases y embalajes que generan problemas, son los textiles, productos de belleza, la industria pesquera y neumáticos también. Son parte de un puzle de la contaminación bien complejo, un puzle que no se va a resolver con una jornada de limpieza. Tenemos que terminar con esta "visión de rendija", en la perdemos de vista el panorama global que atañe a contaminación por plástico, y continuamos pensando que solo de trata de un problema de gestión de basura y de envases. Es un problema sistémico del cual todos somos parte. Necesitamos un pack completo de soluciones que provea un incentivo potente para que la sociedad civil sea parte de la transición. Necesitamos soluciones tanto "aguas arriba" como "aguas abajo", o de lo contrario la contaminación se va a duplicar en los próximos 20 años. Revertir este problema depende de un cambio cultural y regulatorio que nos involucre a todos: Estado, empresas, investigadores y sociedad civil.
Invito a todo que pongamos nuestro foco en la resolución de la ONU recién aprobada que busca terminar con la contaminación por plástico y que se negociará en Uruguay a fines de noviembre. Esperamos que el gobierno tome una posición ambiciosa y clara en esas negociaciones, una visión sistémica que incluya las experiencias y casos de éxito locales chilenos.
Espero que nuevamente miles de chilenos y chilenas se sumen a las limpiezas este año, pero que mientras caminan por las playas, recogiendo basura, también reflexionen acerca de cómo evitar que ese plástico llegue a una playa, para que ojalá el próximo año no debamos regresar a ese mismo lugar para recoger basura pero para disfrutar el paisaje natural.
Una columna de opinión de Mark Minneboo, Director Regional para Latinoamérica de Plastic Oceans International.
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