Aysén, una tierra de exploradores y aventureros (Parte II)

[#HistoriasDiarioSur] El almirantazgo británico se interesa por la Patagonia y organiza expediciones científicas, en una de ellas participó el célebre naturalista Charles Darwin.

El siglo XVI fue el siglo de descubrimientos y exploraciones marítimas y Aysén fue parte de ese momento único de la historia con exploraciones de los conquistadores españoles y posteriormente con los colonos chilotes, tal como lo vimos en la primera parte de este reportaje.

Pero también hubo exploraciones extranjeras que se interesaban por la Patagonia en el siglo XIX. En 1825 el Almirantazgo británico ordenó que dos naves fuesen alistadas para efectuar un levantamiento hidrográfico de las costas australes de América del Sur. En mayo de 1826 el HMS Adventure y el HMS Beagle iniciaron la misión que estaba a cargo del capitán Phillip Parker King, designado comandante e hidrógrafo del Adventure y era el oficial más antiguo de la expedición. El levantamiento hidrográfico debía ser exacto desde la entrada sur del Río de la Plata hasta Chiloé y de la Tierra del Fuego.

El 24 de abril de 1828, tras inspeccionar buena parte del Estrecho de Magallanes, la HMS Beagle navegaba por costas de Aysén, alcanzando ese día las islas del archipiélago Guayaneco para después dirigirse al cabo Tres Montes en el extremo noroeste del golfo de Penas. El día 25 estuvieron a tres millas de la costa y observaron que se encontraban en latitud 46°,5 y en vista que habían sobrepasado el paralelo 47, el límite asignado para su levantamiento, el Beagle se dirigió al sur con el propósito de examinar el lado norte del golfo de Penas.

El Beagle soportó tormentas entre el 30 de abril y el 9 de mayo de 1828 y el día 10 fue movido a un fondeadero en la entrada del seno Hoppner. Al día siguiente parte de la tripulación se embarcó en un bote para examinar la abertura y se abrieron camino en medio de un enmarañado bosque. Luego de dos horas tuvieron la vista del gran Mar del Sur (Océano Pacífico), a un promontorio montañoso al que se llamó cabo Raper para después zarpar al puerto Otway.

El 19 de mayo zarparon de Otway recorriendo la costa, fondeando en caleta Mala para seguir a la isla Purcell. A la cuadra de isla Javier se dirigieron al seno San Quintín en el que entraron el 21 de mayo.  El 23 se dirigieron a seno Kelly en el lado noreste del golfo de Penas, con lluvia y viento incesante. Terminado el levantamiento del puerto, navegaron el canal Cheap entre la isla Javier y el continente, fondeando al anochecer en caleta Javier.

Las expediciones de Phillip Parker King en el extremo sur de Chile y Argentina durarían hasta 1830 en distintas etapas, considerando viajes por los océanos Pacífico y Atlántico.

FITZ ROY Y DARWIN

Otra exploración científica destacada fue la de Robert Fitz Roy en el HMS Beagle junto a Charles Darwin entre fines 1834 y comienzos de 1835, cuando recorrieron partes del archipiélago de los Chonos.

Junto a Fitzroy viajaba un joven Charles Darwin, de 22 años, quien dedicó la mayor parte de su tiempo a investigaciones geológicas en tierra firme y a recopilar ejemplares, mientras el Beagle realizaba su misión científica para medir corrientes oceánicas y cartografiando la costa. Darwin tomó notas escrupulosamente durante todo el viaje, y enviaba regularmente sus hallazgos a la Universidad de Cambridge en Inglaterra.

En sus escritos Darwin queda maravillado con el paisaje y fauna de la isla de Chiloé y de su gente a la que califica de “humildes, tranquilas e industriosas”, pero posteriormente sigue hacia la zona de lo que hoy es Aysén. El naturalista junto al capitán Fitz Roy pasaron a las islas Guaitecas y el Archipiélago de Chonos hasta llegar a la península de Tres Montes, donde hizo importantes observaciones sobre la flora y fauna. A pesar de las complejidades del clima, Darwin pudo examinar al coipo, la nutria marina, focas, los pájaros Chucao y Hued-Hued o pájaro ladrador, el pájaro trepador o "reyezuelo de Tierra del Fuego", varias especies de petreles y aves marinas.

Debido a las tempestades con las que se encontraron en la península de Tres Montes, debieron volver hacia San Carlos de Ancud por la costa occidental de la isla, lo que les permitió hacer diversas anotaciones sobre su geografía costera. 

Años después, el naturalista inglés se referiría a este viaje como “el acontecimiento más importante de su vida”, que le sirvió de inspiración para formular su famosa teoría de la evolución biológica por selección natural.

En la edición de mañana conoceremos las desventuras y aventuras de las expediciones realizadas por la Armada de Chile.

VER PARTE 1:

https://www.diarioregionalaysen.cl/noticia/educacion-y-cultura/2020/12/aysen-una-tierra-de-exploradores-y-aventureros-parte-i

VER PARTE 3:

https://www.diarioregionalaysen.cl/noticia/educacion-y-cultura/2020/12/aysen-una-tierra-de-exploradores-y-aventureros-parte-iii