Aysenina recibirá millonaria indemnización tras cirugía que le costó la visión de un ojo

Conoce la historia de Francisca Ronda y su ejemplo de resiliencia en Puerto Aysén.

Para Francisca Ronda iba a ser una operación para corregir quirúrgicamente una desviación del tabique nasal que obstaculizaba su respiración, así que se entregó con confianza a las manos del otorrino Patricio Montecinos en el Hospital Regional de Coyhaique, durante mayo de 2016.

Cuando volvió de la sedación Francisca sintió que algo andaba mal. “Al abrir los ojos me percaté de que el ojo derecho se empezó a deshinchar, pero no había movimiento en el órgano. Por lo que alrededor de las dos de la mañana del 31 de mayo, se me ocurre taparme el ojo izquierdo y ahí me doy cuenta que no veo nada”.

Así lo describió en una carta sobre cómo en una mesa de operación Francisca Ronda perdió para siempre la visión de su ojo derecho. Un drama que le costó su trabajo, malos ratos, su equilibrio psicológico y la generación de dos enfermedades que no tenía: fibromialgia y cáncer a la toroides.

Tras una batalla judicial de siete años, donde logró indemnizaciones del Servicio de Salud Aysén, siguió con una demanda al médico Patricio Montecinos, decidida a hacer justicia y este sábado 13 su abogada le informó que por fin fallaron a su favor y recibirá una millonaria indemnización.

Patricia accedió a conversar con Diario Regional Aysén y añadió que, aunque sean muchos los millones de reparación que recibe nada le devolverá su ojo y los sinsabores de estos últimos siete años.

Culpabilidad del médico

“Trabajaba como parvularia y me costaba mucho respirar, mi problema era que mi tabique estaba desviado y quise hacerme la clásica operación para enderezarlo, ni siquiera era una operación estética era funcional. Lamentablemente el doctor que me operó fue Patricio Montecinos”, inició contando Francisca.

“Me afectó los huesos de la cara que están bajo la mandíbula, de ahí saltó una esquirla al nervio óptico y eso me costó la visión de mi ojo derecho para siempre”, señaló la ex parvularia que ahora trabajo como emprendedora en Puerto Aysén.

Francisca Ronda no lo podía creer. A parte de quedar sin visión en un ojo tampoco logró mejorar su respiración y le ha provocado infecciones por el duro clima patagón. La situación le produjo un estrés y depresión que la hundió anímicamente.

El Servicio de Salud Aysén y el Hospital Regional le ofrecieron un acuerdo de reparación que, entre las movilizaciones gremiales, el estallido social y la pandemia de covid-19, se demoró, pero se cumplió, según admite Francisca Ronda. “Tuve exclusividad, se demoró, pero se cumplió”, dijo.

Pero la aysenina movió sus dardos al médico que la operó. Puso un reclamó formal a la Oirs del Servicio de Salud, puso una denuncia en la Fiscalía Regional y se hizo una investigación con pericias forenses. Pasaron dos años para poder aplicarle una causa penal al doctor Montecinos de cuasi delito de lesiones graves gravísimas. En dicha causa el médico resultó culpable.

Montecinos, en tanto, fue despedido por la red regional y, según Francisca Ronda, estaba atendiendo en centros de salud de la Quinta Región.

La condena del médico era 360 días firmando quincenalmente en Gendarmería en cualquier ciudad en la que estuviera y no trabajar en centros de salud pública, sin embargo, la ex parvularia se enteró que sigue trabajando en centros privados y que volvió a cometer una negligencia con otra mujer al dejarla sin voz y sin poder tragar por tres meses.

Por daños y prejuicios

La causa que movió Francisca Ronda contra Patricio Montecinos fue por daños y perjuicios. 

La aysenina cuenta que ella, que llegó a la región en 2008, trabajaba en un jardín infantil y mantenía un emprendimiento de fabricación de mieles artesanales, pero su situación hizo que dejara de trabajar como educadora de párvulos y que redujera sus inversiones en su negocio.

“Esto me cambió a nivel social. Tuve que hacer terapia ocupacional y aún la hago, después me dio cáncer de tiroides, me dio fibromialgia, varias cosas que se provocaron por este estrés post traumático. La demanda civil la gané, pero el monto fue muy inferior al que pedíamos en cuanto a daño moral”, sostuvo.

Finalmente acudieron a la Corte de Apelaciones de Valparaíso y el sábado pasado le entregaron la resolución definitiva.

Volver a inventarse

Francisca Ronda contó a Diario Regional Aysén que le ha tocado vivir la discriminación hacia las personas con discapacidades y que se alejó por mucho tiempo de reuniones sociales.

“Yo me pude haber muerto en la mesa de operación. Las enfermeras que declararon dijeron que él era muy brusco para trabajar. Fue un caso grave, lo tomé con harta resiliencia, pero me enfermé”, expresó.

Francisca se convirtió en dirigente social enfocada a la salud y fue una de las creadoras de la Fundación Fibromialgia, dolor crónico y terapias complementarias de Puerto Aysén y de la Agrupación Fibromialgia Coyhaique. Actualmente es toda una referente social en este tipo de enfermedad.

La aguerrida aysenina señala que la indemnización que se le entregará servirá para recuperar los gastos a los que ha tenido que recurrir para mejorar su calidad de vida y con su negocio.

“Mi esposo me ha ayudado mucho. A él también le afectó mucho todo esto y no ha tenido apoyo psicológico porque ya no soy la misma de antes. Antes hacía más cosas. También mis suegros, mis amigos, vecinos y gente que conocí a través de la agrupación de fibromialgia”, indicó.

Lo único bueno que saca de su drama es su desarrollo como dirigenta. “Si no hubiese tenido fibromialgia no habría podido ayudar a muchas personas y formar estas agrupaciones”, indicó.