Historias DiarioSur
Por Pablo Santiesteban , 19 de diciembre de 2020

Gauchos chilenos, su estampa y su herencia (Parte II)

  Atención: esta noticia fue publicada hace más de 3 años
El gaucho y la réplica de el ovejero. Ambos monumentos están en Coyhaique y son testigos del impacto cultural que los gauchos chilenos tuvieron y tienen en la región.
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[#HistoriasDiarioSur] El ovejero y el arriero dos oficios ligados a la cultura gauchesca y rural de la Patagonia chilena y que son reconocidos con dos monumentos en Coyhaique.

La mezcla de la cultura campesina de Chile y Argentina dieron vida a lo que hoy se conoce como los gauchos chilenos. En la primera parte hablamos que muchos chilenos que llegaron a colonizar el territorio de Aysén y Magallanes, trabajando en sociedades explotadoras emigraron a Argentina cuando éstas quebraron y ahí estos hombre se adentraron en la cultura gauchesca de las provincias argentinas de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. Por otro lado, hubo muchos chilotes colonizadores de la Patagonia que, al irse a buscar trabajo a las pampas, también adoptaron las costumbres de los trabajadores de las estancias, al igual que sus vestimentas más acordes con el trabajo de la ganadería.

EL OVEJERO

En Aysén, el gaucho pronto se fue identificando con la labor del ovejero, pero en rigor son muchas las labores que se realizaban en las estancias de la pampa aysenina. Los gauchos trabajan a veces de esquiladores, de arrieros, puesteros o domadores de caballos en las famosas jineteadas. Todo dependerá de la época del año, los sueldos, el giro de la empresa y el genio y la habilidad de cada uno.

Para el gaucho la labor del ovejero se da sólo en ciertas épocas del año en la pampa. El oficio se hace interesante entre octubre y noviembre, en plena época de “parición” de las ovejas porque el gaucho debe recorrer los potreros para vigilar de cerca las majadas de ovejas. En dicha época algunas madres ovinas pueden presentar problemas al tener a sus crías y es necesario extremar los cuidados, sobre todo ante la presencia de predadores. Lo ideal es asistir a la madre ovina, de lo contrario se corre el peligro que sea atacada ella y su cría.

Como los campos patagónicos son grandes no siempre el ovejero encuentra a madre y cría a tiempo y la mayor parte de las veces tiene que descuerar ovejas hinchadas, verdes y malolientes. El cuero de estos animales, llamados “mortecinos” se guarda para justificar las cuentas con su patrón. En esa labor el gaucho ovejero pasa a adoptar nombres técnicos como “peón recorredor” o “campañista”, el que recorre el campo.

Después de la esquila los animales se van a los campos de veranada, que son los campos más altos de las estancias, los ovejeros se van a vivir a los puestos o ranchos apartados para cuidarlos, entonces pasan a llamarse “puesteros”. Es un trabajo solitario, pero la gran compañía es el fiel perro ovejero.

En Aysén se da mucho la cría de chivos, animal caprino que no es cotizado en la zona de Magallanes, de ahí se da que los gauchos ayseninos usen pierneras con cuero de ese animal y que les da una estampa muy particular.

En Coyhaique hay un monumento al ovejero que es una replica del monumento que hay Punta Arenas y que se inauguró en 1944, pero también en la capital regional hay un monumento al gaucho, erigido por iniciativa de los vecinos del barrio Quinta Burgos a través del Programa Quiero mi Barrio del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en homenaje a los primeros habitantes de Aysén.

EL ARRIERO

El oficio de arriero es otro que marca la figura del gaucho patagónico, él es el encargado de llevar piños o arreos de animales de una estancia a otra, de una comuna a otra o incluso de un país a otro.

Los gauchos se especializan en arrear enormes piños de ovejas, chivos o vacunos enfrentando el duro clima de la pampa. La cantidad de arrieros va a depender de la cantidad de animales y cada hombre tiene su posición, por ejemplo, la parte de adelante del piño se llama “punta”, la parte de atrás “culata”, los costados son los flancos del piño y cada sector debe estar cubierto durante lo que dure la marcha, que puede empezar a las 6 de la mañana y terminar a la 8 de la noche, esto previene que se pierdan animales o se produzcan desbandes.

Después de desensillar y amarrar los perros, llega el mejor momento de los arrieros, se preparan para “churrasquear”, es decir, comer carne preparada en un rústico fogón por el cocinero. Ahí se comparte, se toman mates amargos -llamados cimarrones- o bien mandarse un buen café en jarro de lata acompañado de unas sopaipillas sureñas, o sea sin zapallo y cuadradas.

Otras funciones de los gauchos son las de ser leoneros, jinetes, puesteros o bagualeros que definiremos en el próximo capítulo.

VER PARTE 1:

https://www.diarioregionalaysen.cl/noticia/historiasdiariosur/2020/12/gauchos-chilenos-su-estampa-y-su-herencia-parte-i

VER PARTE 3:

https://www.diarioregionalaysen.cl/noticia/historiasdiariosur/2020/12/gauchos-chilenos-su-estampa-y-su-herencia-parte-iii

 

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