Patrimonio e Identidad
Por Pablo Santiesteban , 12 de diciembre de 2020

El ocaso de los aonikenk

  Atención: esta noticia fue publicada hace más de 3 años
Los tehuelches dominaron el caballo y se transformaron en hábiles jinetes de las pampas de Chile y Argentina. Hoy sus descendientes viven en el lado argentino y en Chile se les vio por última vez en 1927.
Compartir

[#HistoriasDiarioSur] También denominados patagones o tehuelches eran un pueblo nómade que se extinguió en Chile por enfermedades y el acoso de los estancieros de Aysén y Magallanes.

Los huilliches de Chile y mapuches de Argentina los llamaron tehuelches y los primeros europeos los denominaron patagones, sin embargo ellos se autodenominaban aonikenk. Ellos fueron los primeros habitantes de lo que hoy es Aysén y ya no existe nadie de su raza, al menos en el lado chileno, pues desaparecieron hace 100 años. Atrapados por la civilización del hombre blanco, por las enfermedades, el alcohol y empujados cada vez más de sus territorios -de manera pacífica como violenta- este pueblo de cazadores y hábiles jinetes nunca más volvió a recorrer la pampa aysenina. Hoy sólo hay pequeños grupos de esta raza en las provincias argentinas de Chubut y Santa Cruz. 

De acuerdo a la arqueología hay registros de presencia de los aonikenk que datan de entre los 4 mil a 3 mil años antes de Cristo. Eran un pueblo nómade cazador-recolector que se desplazaba en pos de las manadas de guanacos; durante los inviernos se encontraban en las zonas bajas (vegas, costas, orillas de los lagos, etc.) y durante el verano ascendían a las mesetas centrales de la Patagonia o a la cordillera de los Andes en donde tenían entre otros sitios sagrados el cerro Chaltén, también llamado Monte Fitz Roy.

La primera expedición que tomó contacto con los aonikenk fue la de Hernando de Magallanes. Al bajar a tierra vieron unas huellas enormes en el suelo, presumiblemente ampliadas por el calzado de cuero de guanaco que usaban. Después se comprobó que era un grupo inusualmente alto para la época, pues los varones llegaban a medir entre 1.75 a 1.80 metros. La fantasía de los europeos habló de ellos como un pueblo de gigantes y los denominó patagones y a sus tierras la Patagonia.

“MAPUCHIZACIÓN”

Se cree que a partir del siglo XVIII los aonikenk empezaron a tomar contacto de tipo comercial con los mapuches del lado argentino y pronto adoptaron algunas de sus costumbres, especialmente el idioma. Algunos estudiosos hablan hasta de una supuesta invasión de los mapuches, pero es probable que haya sido un fenómeno más complejo.

Pronto empieza a utilizarse el gentilicio “tehuelche” para identificar a los aonikenk, un vocablo que significaría “gente bravía” o “gente de tierras estériles”.

Los aonikenk o tehuelches pronto vivieron un gran cambio en sus costumbres, pues pasaron de ser un pueblo pedestre a dominar el caballo y a convertirse en excelentes jinetes y criadores de estos animales. El caballo, introducido por los europeos, pronto se reprodujo y expandió por la Patagonia y los tehuelches empezaron a usarlo para la caza de ñandúes, guanacos o huemules a los que cazaban con arco y flechas o boleadoras.

“OCCIDENTALIZACIÓN”

Según el libro de Mateo Martinic, “Los aonikenks historia y cultura”, los contactos con los europeos se dio más en la zona de Tierra del Fuego y Magallanes y en Aysén se dio con el inicio de la colonización a mediados del siglo XIX y especialmente al comenzar el siglo XX. Desde 1870 en adelante aceptaron sin problemas que colonos y mercachifles entrarán en sus territorios. Además, como este pueblo era nómade no se sentían invadidos, para ellos los límites entre Chile y Argentina no eran importantes y emigraban sin problemas entre uno y otro país.

Martinic hace hincapié que la actitud de los selknam (onas), parientes étnicos de los aonikenk, fue más de resistencia hacia los colonos que hasta llegaron a atacar el ganado ovino de éstos. La actitud hosca de los onas decantó en una tragedia atroz en Magallanes, el genocidio más vergonzoso de la historia de Chile. 

El encuentro de los colonos con los tehuelches podría decirse que fue cordial y con una connotación comercial. Comenzó el trueque, pues los colonos cambiaban cualquier cosa por pieles o plumas. Primero cambiaban pieles por ollas para cocinar y pronto empezaron a intercambiar licor, lo que trastocó el modo pacífico de los aonikenk. Los vicios fueron minando su espíritu de libertad. 

Los aonikenk no sólo toleraron la presencia extranjera sino que hasta supieron convivir con ella, asegura Martinic en su libro. También la forma de vestir cambió y tanto hombres como mujeres empezaron a usar ropas occidentales y hasta cambiaron sus mantos de pieles por las mantas de los gauchos y estancieros.

Martinic señala que por primera vez los tehuelches se asentaron en algunos lugares de Magallanes y Aysén, incluso al lado de los estancieros sin que ello significara un problema para uno u otro o para sus animales y bienes. Pero esa armonía no duraría mucho.

EL OCASO

En Chile, en 1905, los aonikenks sufrieron una epidemia de viruela que mató al cacique Mulato (cuyo verdadero nombre era Chumjaluwün) y a otros de su tribu afincados en el valle del río Zurdo, cerca de Punta Arenas. Los sobrevivientes se refugiaron en territorio argentino, posiblemente en la reserva de Camusu Aike. 

Grupos tehuelches continuaron posteriormente ingresando a Chile para cazar guanacos en la región de Magallanes, donde fueron vistos por última vez alrededor de 1927 provenientes del área de Killik Aike. Su recuerdo está presente en la toponimia de Villa Tehuelches, una localidad chilena en la comuna de Laguna Blanca, en la región de Magallanes.

Los aonikenk o tehuelches podrían haber dejado huella hasta en el nombre de la región, pues se dice que la palabra Aysén proviene de un vocablo aonikenk que significaría “Lugar de huemules”, o bien de otro cuyo significado sería “retorcido” o “desmembrado”.

Si te interesa recibir noticias publicadas en Diario Regional Aysén, inscribe tu correo aquí
Si vas a utilizar contenido de nuestro diario (textos o simplemente datos) en algún medio de comunicación, blog o Redes Sociales, indica la fuente, de lo contrario estarás incurriendo en un delito sancionado la Ley Nº 17.336, sobre Propiedad Intelectual. Lo anterior no rige para las fotografías y videos, pues queda totalmente PROHIBIDA su reproducción para fines informativos.
¿Encontraste un error en la noticia?
Grupo DiarioSur, una plafaforma informativa de Global Channel SPA, Av. España, Pasaje Sevilla, Lote Nº 13 - Las Animas - Valdivia - Chile

Powered by Global Channel