Patrimonio e Identidad
Por Pablo Santiesteban , 8 de diciembre de 2020

Colonización de Aysén: pioneros de una región (Parte III)

  Atención: esta noticia fue publicada hace más de 3 años
Los colonos se adentraron en la pampa aysenina y espontáneamente fueron levantando poblados, tal como Balmaceda, fundada en 1917, un año antes de la Guerra de Chile Chico.
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[#HistoriasDiarioSur] Cómo fue la colonización de la pampa aysenina y qué pasó con los grupos indígenas que habitaban el territorio.

En el capítulo anterior DiarioRegionaldeAysén.cl analizó el proceso de colonización costero, ahora nos adentraremos en el proceso de colonización de la pampa aysenina, un proceso de esfuerzos y solidaridad, pero que también tiene hechos oscuros como la exterminación de los pueblos aborígenes y la llamada Guerra de Chile Chico de 1918.

Loa chilotes e inmigrantes extranjeros empezaron a radicarse en las zonas costeras después de la segunda mitad del siglo XIX. Desde la década de 1890, campesinos provenientes de la zona centro-sur de Chile se establecieron en zonas fronterizas de Argentina, en particular en Neuquén; pero luego debieron abandonar dichos territorios y viajaron hacia el sur, hasta encontrar sitios propicios para cruzar a territorio chileno. Estos colonos se asentaron preferentemente en el valle Simpson y en sectores cercanos al lago General Carrera, creando las localidades de Puerto Ingeniero Ibáñez en 1905, Balmaceda en 1917, Chile Chico en 1919 y Futaleufú en 1920. 

BALMACEDA

De todos los poblados antes mencionadas Balmaceda se perfiló como la gran ciudad de la pampa aysenina. Fundada el 1 de enero de 1917 por José Antolín Silva, un ex militar del Regimiento Tucapel de Temuco, el pueblo comenzó a recibir a todos los chilenos que llegaron desde Argentina a buscar una nueva vida en el sur de su patria.

Todos estos chilenos, que vestían a la usanza del gaucho argentino, habían vivido en el sur de Chile y en los primeros poblados de las islas Guaitecas, pero como algunas sociedades explotadoras quebraron decidieron emigrar a Argentina a trabajar con los estancieros de dicha nación. Como el número de chilenos comenzó a proliferar en la frontera el gobierno argentino y la autoridad comenzaron a hostigarlos en el contexto de la denominada Conquista del Desierto en la nación vecina. Cuando retornaron a la Patagonia aysenina fue la ciudad de Balmaceda la que acogió a todos estos chilenos que deambulaban en busca de tierra y trabajo. Fue la tierra de promisión y el fin de un éxodo para estas familias. También fue el primer poblado del territorio más cercano a la frontera con Argentina, donde se llevaba en carretas la producción local para comercializarla. La instalación del pueblo fue totalmente espontánea y sin ayuda gubernamental.

Luego de la delimitación fronteriza entre Chile y Argentina, tras el laudo arbitral de 1902, el gobierno otorgó grandes extensiones de tierra a diversas compañías ganaderas, entre ellas la Sociedad Industrial de Aysén, la Anglo-Chilean Pastoral Co. y la Sociedad Explotadora del Baker. Dichas empresas construyeron caminos y establecieron rutas marítimas para comercializar sus productos.

LA GUERRA DE CHILE CHICO

Los colonos no sólo tuvieron que sobreponerse a las duras condiciones de vida que imponían el medio ambiente hostil y el extremo aislamiento, sino que además tuvieron que enfrentarse a las grandes compañías ganaderas, que no miraron con buenos ojos a los recién llegados. 

El conflicto llegó a ser abierto, como sucedió en 1918 en la llamada Guerra de Chile Chico, cuando el gobierno chileno, desconociendo un acuerdo previo con los colonos, entregó los terrenos que ocupaban al empresario suizo Carlos von Flack que mandó a desalojarlos. Motivados por José Antolín Silva los colonos formaron una milicia de 60 hombres y lucharon contra 50 efectivos del Cuerpo de Carabineros el Ejército de Chile, al mando del teniente Leopoldo Miquel.

Sólo la mediación del diputado valdiviano Pedro Nolasco Cárdenas y la intromisión del ejército argentino, que fue malinformado por Miquel, de que se luchaba contra una banda de forajidos, paró los actos de violencia.

Los colonos habían actuado por simple defensa, pues los policías chilenos trataron pésimo a esta gente, quemando sus casas y pasando a llevar su libertad y dignidad. Este enfrentamiento armado, que duró tres meses, dejó 5 muertos por ambos lados y varios heridos, reivindicó a los colonos que al año siguiente fundarían el pueblo de Chile Chico. Este episodio fue tratado con mayor detalle en un reportaje publicado por DiarioRegionalAysén.cl.

EL PUNTO NEGRO

Un aspecto negativo del empuje colonizador fue la desaparición de vastas extensiones de bosque nativo en gigantescos incendios que llegaron a durar años, los que eliminaron la capa vegetal en muchos lugares y contribuyeron a una acelerada erosión del suelo. Pero lo más triste fue la desaparición de las razas indígenas que habitaban Aysén desde miles de años.

A diferencia de la masacre de indígenas ocurridas en Tierra del Fuego, es poca la información difundida respecto de lo que aconteció en Aysén, principalmente con los aonikenk (tehuelches), cuya raza ya no existe en territorio chileno.

Los aonikenk, llamados patagones por Hernando de Magallanes y luego tehuelches cuando tomaron contacto con los huilliches que venían del norte, habitaron las llanuras de la Patagonia organizados socialmente a nivel de bandas, grupos de 20 a 30 personas emparentadas por lazos de consanguinidad. Eran expertos cazadores de la fauna patagónica, especialmente guanacos y ñandúes y su sistema de vida era el de los nómades, por lo tanto, sus viviendas eran fácilmente montables y desarmables, consistentes en simples mamparas de cuero generalmente de guanaco o potros que sostenían con dos palos gruesos.

Las causas de la desaparición de este grupo se debe a la persecución de estancieros de todas las nacionalidades. La falta de la fauna tradicional hizo que los aonikenk comenzaran a matar las ovejas para su subsistencia, pero para los colonos eso era un robo así que era más fácil apretar un gatillo que preguntar o enseñar. Algunos pocos documentos hablan que muchos enfermaron de sífilis, sarampión y tuberculosis otros cayeron en el alcoholismo, incentivados por los blancos y así, encerrados en su propio territorio, sin saber cómo reaccionar a la llegada de los colonos se extinguieron o huyeron a Argentina, país donde aún existen descendientes de esta raza.

Por el lado costero, los chonos dejaron de existir como pueblo en el siglo XVIII y se cree que más que una eliminación lo que ocurrió con ellos es que se fusionaron con los huilliches, dando identidad a lo que hoy son los chilotes.

También estaban los kaweskar (alacalufes) que vivían en el mundo de los archipiélagos y los canales australes, al sur del Golfo de Penas y hasta las costas del estrecho de Magallanes. Se destacaban por ser hábiles canoeros y cazadores. El fuego, el hallef (canoa) y la choza cubierta con pieles de foca eran las tres creaciones básicas con las cuales esta etnia organizaba su existencia. Los kaweskar nunca pudieron enfrentar la llegada del hombre blanco. Enfermedades y vicios fueron minando la resistencia de estos grupos y disminuyeron progresivamente su población. Actualmente sobrevive un escaso número de descendientes en la región de Magallanes.

VER PARTE I:

https://www.diarioregionalaysen.cl/noticia/educacion-y-cultura/2020/12/colonizacion-de-aysen-los-pioneros-de-una-region-parte-i

VER PARTE II

https://www.diarioregionalaysen.cl/noticia/patrimonio-e-identidad/2020/12/colonizacion-de-aysen-los-pioneros-de-una-region-parte-ii

LA GUERRA DE CHILE CHICO:

https://www.diarioregionalaysen.cl/noticia/educacion-y-cultura/2020/10/la-guerra-de-chile-chico-una-lucha-por-tierra-y-dignidad

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